Hace bastante tiempo, cuando estaba en el colegio o en principios de la ESO, cuando llegaba mi hermano a casa con las notas y soltaba un "me tiene manía", me llevaba las manos a la cabeza, ¿cómo podía ser que un profesor le tuviera manía a un alumno?
Con el paso de los años, he comprobado que estos casos se pueden dar. Obviamente, en mi, no han sido muchos, tan sólo uno, el de una profesora de la Escuela Oficial de Idiomas, que se burlaba de mi, pasaba de mi y de mis dudas...me toco sufrir y aprendí bastante, pero no por ella, fue por mi que me tocó currármelo. Al principio pensé que era cosa mía, pero al ver que mis compañeros me preguntaban que qué pasaba entre ella y yo, me hizo ver que no era cosa mía. El resultado fue que no aprobé, que me agobié, me preocupé bastante y hasta ese momento una de las asignaturas que más me gustaban pasó a ser una de las que más detestaba.
Años más tarde, cuando decidí volver a la EOI, me volvió a tocar, pero esta vez en el tribunal. Y se volvió a confirmar la teoría de la manía ya que, mi profesora de aquel año me preguntó que qué le había hecho que había mirado mis exámenes con lupa y que tuvieron un debate bastante fuerte sobre mi oral, que no quería dejarme pasar, cuando otras personas lo habían hecho peor...
Otro caso, más reciente, es el de Bioquímica, asignatura que me tenía enamorado, de hecho, me habría encantado dedicarme a ello, hasta que mi profesor de universidad me hizo aborrecerla. El hombre, no es mal tipo, la verdad, pero es uno de esos caso de profesores que no saben transmitir lo importante y bonito de esa asignatura, que es mucho, le costaba hacerse entender y lo hacía todo mucho más complicado de lo que realmente es.
Hoy en día, me dedico al estudio de la bioquímica de modo amateur, quizá algún día...
En fin, historias de éstas todos tenemos, solución: seguir adelante y buscar el momento más apropiado para quitaros de en medio a esta gente
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